miércoles, 18 de agosto de 2021

TOB - 20vo Domingo - Presente entre nosotros - Jn 6, 51-58

Jesús es alimento viviente para nosotros, enviado del Padre en el cielo. A diferencia de la comida ordinaria, que solo sostiene la vida corporal, esta comida ofrece una vida eterna.

Desde comienzo de los tiempos y ya con la zarza ardiente hasta la suave brisa, Dios ha dado a conocer su presencia entre nosotros. Estar entre nosotros como alimento para el cuerpo y el espíritu es una forma significativa, estar presente.

La presencia eucarística de Cristo está en el pan y el vino, uno de los elementos más comunes de la comida y la bebida en su tiempo. El Señor está presente entre nosotros a través de las cosas cotidianas.

El pan proviene de un proceso que comienza con semillas de trigo mezcladas con agua. Estos se reúnen como masa y, después de varias etapas de desarrollo, terminan como una unidad que llamamos pan. El vino comienza como un racimo de uvas que, cuando se procesan, terminan como lo que llamamos vino. Un grupo de personas se reúne para orar, cada una de ellas es única. Después de un proceso que es obra del Espíritu de Dios, se convierten en una unidad, que llamamos iglesia, o el Cuerpo de Cristo. En comunión, el Cuerpo (de la comunidad) de Cristo se nutre del Cuerpo (sacramental) de Cristo.

Si alguien los invita a todos a reunirse a mi alrededor, lo más cerca que puedan, porque iba a susurrarles algo más, podría suceder algo que los sorprenda. Notarás que cuanto más cerca estés de mí, más cerca estarás el uno del otro. Si se juntara cerca de una persona, estaría tocando los hombros el uno con el otro. Acercándose el uno al otro es como se forma la comunidad o el Cuerpo de Cristo. Se trata de acercar a las personas al Señor y, como resultado directo de eso, terminan siendo más cercanas entre sí.

A lo largo de la historia, Dios ha hablado a su gente de maneras sorprendentes. Le habló a Elijah desde la suave brisa, a Moisés en la zarza ardiente. Los nativos de Belén no estaban muy entusiasmados con el nacimiento de un nuevo bebé y, más tarde, Herodes se burlaba de Jesús como un tonto, y los soldados lo burlaban como a un rey.

Después de la resurrección, María Magdalena pensó que él era jardinero, Pedro pensó que era un fantasma, y ​​los discípulos en el camino a Emaús pensaron que era un extraño que pasaba. Que él debería presentarse a sí mismo en una forma tan simple como la comida y la bebida es justo lo que podríamos esperar de "El Dios de las sorpresas".

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Lecturas en Lenguaje Latinoamericano - TOB - 20 Domingo

Primera lectura: Prov 9, 1-6
La sabiduría se ha edificado una casa, ha preparado un banquete,
ha mezclado el vino y puesto la mesa.
Ha enviado a sus criados para que, desde los puntos que dominan la ciudad, anuncien esto:
"Si alguno es sencillo, que venga acá".

Y a los faltos de juicio les dice: "Vengan a comer de mi pan y a beber del vino que he preparado.
Dejen su ignorancia y vivirán; avancen por el camino de la prudencia".

Salmo Responsorial: Salmo 33, 2-3. 10-11. 12-13. 14-15 (9a)
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Bendeciré al Señor a todas horas, no cesará mi boca de alabarlo.
Yo me siento orgulloso del Señor, que se alegre su pueblo al escucharlo.
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Que amen al Señor todos sus fieles, pues nada faltará a los que lo aman.
El rico empobrece y pasa hambre; a quien busca al Señor, nada le falta.
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.
Escúchame, hijo mío: voy a enseñarte cómo amar al Señor.
¿Quieres vivir y disfrutar la vida?
Guarda del mal tu lengua Y aleja de tus labios el engaño.;
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y ve tras ella.
R. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor.

Segunda lectura: Ef 5, 15-20
Hermanos: Tengan cuidado de portarse no como insensatos, sino como prudentes, aprovechando el momento presente, porque los tiempos son malos.

No sean irreflexivos, antes bien, traten de entender cuál es la voluntad de Dios. No se embriaguen, porque el vino lleva al libertinaje. Llénense, más bien, del Espíritu Santo; expresen sus sentimientos con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando con todo el corazón las alabanzas al Señor. Den continuamente gracias a Dios Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Aclamación antes del Evangelio: Jn 6, 56
R. Aleluya, aleluya.
El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él, dice el Señor.
R. Aleluya.

Evangelio: Jn 6, 51-58
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida".

Entonces los judíos se pusieron a discutir entre sí: "¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?"

Jesús les dijo: "Yo les aseguro: Si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no podrán tener vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día.

Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que me ha enviado, posee la vida y yo vivo por él, así también el que me come vivirá por mí.

Éste es el pan que ha bajado del cielo; no es como el maná que comieron sus padres, pues murieron. El que come de este pan vivirá para siempre''.



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