sábado, 13 de abril de 2024

TOB - 5to Domingo de Pascua - Siendo más discípulos - Jn 15, 1-8


Reflexionemos: Más que un código para guiarnos
A la gente le fascina las historias del antiguo Egipto
con sus faraones, sus maravillosos edificios
y esculturas, pero también su organización social.
Este pueblo se organizó para un propósito:
asegurar la continuidad del faraón en el otro mundo.
Enterraban a sus faraones con muchos detalles
en sus costumbres, leyes y rituales, para crear la impresión de que el Faraón continuaba vivo.
En su tumba colocaban alimentos,
sus muebles favoritos, carros, juegos y armas.
Lo más llamativo de las momias, reales o no,
es que estaban bien muertas.

La religión puede volverse solo código y de culto, un conjunto de leyes a obedecer y ritos a cumplir.
Esa religión, con el tiempo puede volverse seca y enmohecida,
y al igual que las momias completamente ausentes de vida.

En un programa religioso, se le preguntó a una celebridad sobre el lugar que ocupa la religión en su vida,
y si podría vivir fácilmente sin ella, y él respondió:
"Sí, tal vez, pero ella es siempre una guía para ayudarnos a mantenernos en línea. 

"Para él, la religión era un código que le ayuda a regular su conducta.
A la gente con esa forma de pensar le gusta tener una religión momificada, solo como una señal en sus vidas.
El cristianismo en cambio debe ser vida, una fuerza vibrante en la vida del creyente.
Cristo vive en la comunidad de los creyentes, pero más a través de ellos,
Él ejerce su misión a través de nosotros cuando atendemos a las personas necesitadas de misericordia y amor.

Todos los que anunciamos las palabras del Evangelio, ya sea en la misión, en la parroquia, en las escuelas, compartimos la oración de Jesús en la Última Cena,
"Que conozcan al único Dios verdadero,
y a Jesucristo, a quien has enviado. "

En cada instrucción de fe, dada o recibida,
vemos a Cristo restaurando la vista al pobre,
que al principio veía a la gente borrosa,
como a árboles, y luego los vio claramente.
En cada pecador que viene arrepentido vemos,
a Lázaro resucitado una vez más de entre los muertos,
ya sin el manto de pecado que lo envolvía. 
En cada reunión alrededor de la Mesa de la Eucaristía, al igual que los apóstoles,
damos testimonio ante el mundo entero de la tarea que nos confió Cristo,
la de proclamar su muerte y resurrección, hasta que Él vuelva al final de los tiempos.  

El cristianismo sufre un exceso de miembros y la escasez de los discípulos. 
En un mundo que crece frío y despersonalizado,
las iglesias ofrecen un ambiente confortable de amistad y seguridad.
No va a encontrar a Cristo en la liturgia del domingo,
si no se ha codeado con él en la oficina, en la fábrica o en la cocina.
No escuchará su mensaje desde el altar, si se hizo el sordo a su llamada en su oficina, escuela o casa.
Jesús lo dijo en  sencillo y sin rodeos:
" Mi Padre será glorificado si dan fruto abundante y son mis discípulos." (Jn15, 8)

 El cristianismo no es simple código o mero culto. 
Si usted ve el cristianismo como un código,  entonces, al momento de rendir cuentas ante Dios puedes decir: "Yo asistí a misa, observé la ley,
he progresado en el camino que me pediste andar." 
Puedes verte a tí mismo como perfecto,  
“hago lo correcto, no tengo pecados grandes,
son los pecados de siempre, pero Él me entiende” entonces no necesitas un salvador. 
Asi pensaba el fariseo en el templo frente a Dios. 
Decía Cristo: "Porque les digo que si su modo de obrar no supera al de los escribas y fariseos, 
no entrarán en el reino de los cielos." (Mt 5:20).

El verdadero cristianismo nos hace sentir inundados con el amor de Dios, a pesar de nuestras faltas.
Dios nos ama hasta la locura,
hasta el punto dejarse asesinar en una cruz.

Si creemos en Cristo, entonces creemos lo que nos dice, escuchamos su voz en la Biblia y nos sentimos como sus hijos, como sus amigos y los amigos
no se ponen condiciones ni esperan retorno. 
Desde la relación personal con el que le ama,
tratan de entender palabras, actos y silencios.
Por el  amor que le tienen,
tratan de anticiparse a sus deseos.  
 
Si en nuestro diario quehacer vemos nuestra vida como una respuesta sincera y humilde al inmenso amor de Dios
entonces ya no hay obstáculos para disfrutar la vida, y la religión tiene un efecto liberador en nuestras vidas.

Vamos a disfrutar "la libertad de los hijos de Dios." vamos a vivir el Espíritu de la libertad
para caminar hacia la santidad como lo indica la carta a los Gálatas, 5, 16-26.

Tan grande es el amor que Dios nos tiene, que nuestros esfuerzos en responder a ese amor
siempre nos va a parecer que está por debajo de lo que deseamos, 
eso es aceptar con humildad sincera nuestra necesidad de  su perdón, acogida y amor.

El problema de los que ven sus vidas completas, sin fallas, perfectas como si no tuviera faltas, 
es que tienen su visión limitada, incompleta y no miran más allá de sí mismos. 
el derrotista, por otro lado se pregunta: 
¿Por qué seguir luchando para alcanzar algo que parece estar más allá de nosotros?

La respuesta de San Agustín es que debemos hacerlo porque tenemos una necesidad innata de Dios,
y solo Él satisface esa búsqueda interior que nos acompaña durante toda la vida.

El discurso de la vid verdadera en Jn 15 es muy rico. 
En el Antiguo Testamento, las imágenes de la viña 
se usan para expresar la relación de Dios con Israel, tanto positiva como negativamente.

El 4to Evangelio aborda estas tradiciones a su manera, de modo innovador. Quiere responder a la pregunta de: ¿cómo puedo ser un buen seguidor de Jesús?

En la cultura occidental solemos pensar basados en la conducta; como si la moral fuera el centro de la vida. Cuando decimos que fulano es muy cristiano, 
decimos que ha actuado de ese modo o del otro.

El evangelio de Juan nos dice que el verdadero centro de nuestra vida no es ni nuestra conducta ni nuestra vida 
sino nuestra relación con el Señor resucitado a través del Espíritu Santo.

Esta relación es más profunda, envolvente y cambiante, incluso mística. 
Naturalmente, nuestras acciones, sean buenas o malas tienen consecuencias, 
pero es la relación con Él la que está en el corazón de todo.
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Lecturas Bíblicas en Lenguaje Latinoamericano - TOB - 5to Domingo de Pascua
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Primera lectura: Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 9, 26-31:

Cuando Pablo regresó a Jerusalén, trató de unirse a los discípulos,
pero todos le tenían miedo, porque no creían que se hubiera convertido en discípulo.

Entonces, Bernabé lo presentó a los apóstoles y les refirió cómo Saulo había visto al Señor en el camino,
cómo el Señor le había hablado y cómo él había predicado, en Damasco, con valentía, en el nombre de Jesús.
Desde entonces, vivió con ellos en Jerusalén, iba y venía, predicando abiertamente en el nombre del Señor,
hablaba y discutía con los judíos de habla griega y éstos intentaban matarlo.
Al enterarse de esto, los hermanos condujeron a Pablo a Cesarea y lo despacharon a Tarso.

En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria,
con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban,
animadas por el Espíritu Santo.

Palabra de Dios
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Salmo Responsorial: Sal 21, 26b-27. 28. 30. 31-32 (26a) 

Le cumpliré mis promesas al Señor
delante de sus fieles.
Los pobres comerán hasta saciarse
y alabarán al Señor los que lo buscan:
su corazón ha de vivir para siempre.

R/. Bendito sea el Señor. Aleluya.

Recordarán al Señor y volverán a él
desde los últimos lugares del mundo;
en su presencia se postrarán
todas las familias de los pueblos.
Sólo ante él se postrarán todos los que mueren.
R/. Bendito sea el Señor. Aleluya.

Mi descendencia lo servirá
y le contará a la siguiente generación,
al pueblo que ha de nacer:
la justicia del Señor y todo lo que él ha hecho.
R/. Bendito sea el Señor. Aleluya.
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Segunda lectura: De la primera carta del apóstol san Juan 3, 18-24:

Hijos míos: No amemos solamente de palabra, amemos de verdad y con las obras.
En esto conoceremos que somos de la verdad
y delante de Dios tranquilizaremos nuestra conciencia de cualquier cosa que ella nos reprochare,
porque Dios es más grande que nuestra conciencia y todo lo conoce.
Si nuestra conciencia no nos remuerde, entonces, hermanos míos, nuestra confianza en Dios es total.

Puesto que cumplimos los mandamientos de Dios y hacemos lo que le agrada,
ciertamente obtendremos de él todo lo que le pidamos.
Ahora bien, éste es su mandamiento: que creamos en la persona de Jesucristo, su Hijo,
y nos amemos los unos a los otros, conforme al precepto que nos dio.

Quien cumple sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él. En esto conocemos,
por el Espíritu que él nos ha dado, que él permanece en nosotros.

Palabra de Dios
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Aclamación antes del Evangelio: Jn 15, 4a. 5b

R. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor; el que permanece en mí da fruto abundante.
R. Aleluya.

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Evangelio: Lectura del santo evangelio según san Juan 15, 1-8:

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador.
Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca,
y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.

Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo,
si no permanece en la vid,
así tampoco ustedes, si no permanecen en mí.
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos;
el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante,
porque sin mí nada pueden hacer.
Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca;
luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá.
La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos''.

Palabra del Señor
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ORACIÓN
Dios de la vida nueva,
experimentar la acción Tu Espíritu
nos da un nuevo valor
y cambia la dirección de nuestras vidas.

Muéstranos hoy cómo ser Tus testigos
para que Tu iglesia
puede vivir un nueva primavera de la fe
a través de la palabra de vida
proclamada en nuestros días.


Que tu Espíritu nos ayude 
a vivir en el temor del Señor
y nos muestre Tu consuelo y ánimo.¡Amén!
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