jueves, 30 de noviembre de 2023

TOB - 34vo Domingo - Rey de la justicia, el amor y la paz - Jn 18, 33-37

Cuando Pablo habla del final de los tiempos,
ve a Jesucristo entregando el reino a Dios Padre.
El Prefacio de hoy repite esto, describiendo el reino de Cristo 
como uno de verdad y vida, de santidad y gracia, de justicia. amor y paz.

"Así sometió a su poder a la creación entera, 
para entregarte, Padre santo,
el reino eterno y universal, reino de verdad y de vida,
reino de santidad y de gracia, reino de justicia, de amor y de paz". 

Este ideal no es sólo una esperanza futura, es una invitación para trabajar constantemente en el presente. El reino es nuestra esperanza, pero también es nuestra realidad presente, de alguna manera también está ya en medio de nosotros, es un proceso dinámico que es y a su vez llegará a ser.

El evangelio nos dice cómo debemos promover la venida más plena del reino de Dios entre nosotros. El Reino llega siempre que se hace justicia para los hambrientos, los sedientos, los desnudos, los huérfanos y los oprimidos. Cuando actuamos de esta manera hacemos lo mismo que desearía que hagamos el Rey Pastor, el mismo que se presenta en nuestros Evangelios como alguien que nos rescata de situaciones de alienación, que nos alimenta, nos da descanso, nos sana y fortalece. 

Incluso al final de su vida, sus últimas palabras fueron una promesa para el ladrón crucificado a su lado, que sería envuelto por el amor eterno de Dios, en el paraíso.

La mejor manera de honrar a Cristo nuestro Rey es trabajar para hacer que su reino sea una realidad entre nosotros. Cualquier cosa que hagamos para aliviar a los desfavorecidos y desamparados es también un servicio a Cristo, porque se identifica personalmente con las personas necesitadas. 

El discípulo de Cristo Rey no puede permitirse el lujo de mantenerme cómodamente, alejado de los problemas siendo "Bueno pero pasivo, o sin meterse con nadie". El Cristiano no puede ser sordo a los gritos del prójimo necesitado porque estaría cerrando sus oídos a Cristo. No puede estar ciego a la angustia de los moribundos porque cerraría sus ojos a Cristo.

Si seguimos a Jesucristo como nuestro Rey-Pastor, también nosotros, de alguna manera debemos ser pastores para los que nos necesitan y los que tienen menos que nosotros, debemos velar por su bien.
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Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo
Primera lectura: Dn 7, 13-14
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna:
Vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo.
Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia.
Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino.

Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían.
Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno,
y su reino jamás será destruido.

Salmo Responsorial: Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5 (1a)
Tú eres, Señor, el rey de todos los reyes. Estás revestido e poder y majestad.
R./ Señor, tú eres nuestro rey.

Tú mantienes el orbe y no vacila. Eres eterno, y para siempre está firme tu trono.
R./ Señor, tú eres nuestro rey.

Muy dignas de confianza so tus leyes y desde hoy y para siempre, Señor,
la santidad adorna tu templo.
R./ Señor, tú eres nuestro rey.

Segunda lectura: Apoc 1, 5-8
Hermanos míos: 
Gracia y paz a ustedes, de parte de Jesucristo, 
el testigo fiel, el primogénito de los muertos, 
el soberano de los reyes de la tierra; 
aquel que nos amó y nos purificó de nuestros pecados con su sangre 
y ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para su Dios y Padre. 
A él la gloria y el poder por los siglos de los siglos. ¡Amén!

Miren: él viene entre las nubes, 
y todos lo verán, aun aquellos que lo traspasaron. 
Todos los pueblos de la tierra harán duelo por su causa.

"Yo soy el Alfa y la Omega, dice el Señor Dios, 
el que es, el que era y el que ha de venir, el todopoderoso".

Aclamación antes del Evangelio: Mc 11, 9. 10
R. Aleluya, aleluya.
¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! 
¡Bendito el reino que llega, el reino de nuestro padre David!
R. Aleluya.

Evangelio: Jn 18, 33-37
En aquel tiempo, preguntó Pilato a Jesús: "¿Eres tú el rey de los judíos?" 
Jesús le contestó: 
"¿Eso lo preguntas por tu cuenta o te lo han dicho otros?" 
Pilato le respondió: 
"¿Acaso soy yo judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes 
te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho?" 
Jesús le contestó: 
"Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuera de este mundo, mis servidores habrían luchado para que no cayera yo en manos de los judíos. Pero mi Reino no es de aquí".

Pilato le dijo: "¿Conque tú eres rey?" 
Jesús le contestó: "Tú lo has dicho. Soy rey. 
Yo nací y vine al mundo para ser testigo de la verdad. 
Todo el que es de la verdad, escucha mi voz".


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Oración
Dios todopoderoso y eterno, que quisiste restaurar todas las cosas
por tu amado Hijo, Rey del universo,

Te pedimos que la creación entera, liberada de la esclavitud del pecado,

te sirva y te alabe eternamente.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo 
en la unidad del Espíritu Santo,y es Dios,  por los siglos de los siglos.

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